Sobre el origen de este Blog

Este blog tiene un hermano gemelo, Mitos Latinoamérica, que tiene una gran acogida (2'050.000 visitas). Hay semejanzas entre los dos blogs, pues ambos narran productos psíquicos. Pero la diferencia es que en aquel, yo lo alimento periódicamente con mitos de América Latina, mientras que en este blog, son los lectores mismos los que lo alimentan, al contar sus mitos personales, que son los sueños.

Así que este blog vivirá de la caridad pública, de las “donaciones” ANÓNIMAS de sueños que hagan los visitantes. Aunque son aportes de gran riqueza, no representan un valor económico sino simbólico. Este blog busca constituirse en el cajero automático de un gran Banco de Sueños, en el que cualquier lector pueda consignar sus sueños para compartirlos con los demás. Cada noche nuestra mente produce cantidades de sueños que en su enorme mayoría se olvidan y se pierden para siempre. Así que deseamos crear este espacio en el que la gente pueda compartir este hermoso material.

Acá no intentaré interpretarlos porque para hacerlo se requieren las asociaciones de los soñantes, algo imposible en un espacio como este. Pero como soñante y como terapeuta que analiza sueños en mi consulta particular, tengo la convicción de que debemos evitar que los sueños individuales se sigan extraviando noche tras noche para siempre.

Mi aporte será: 1) publicar en la columna derecha una selección de artículos que hablen sobre los sueños. 2) Clasificar los sueños en categorías, según los temas que traten. 3) Corregir la ortografía; sé que los sueños no tienen ortografía y que lo que hago es una intromisión, pero tengo una tara profesional de docente que me hace imposible publicar algo con errores ortográficos.

Así que demos comienzo a las donaciones de sueños. Pueden donarlos enviando sus sueños al correo adejungcol@gmail.com, y yo los transcribiré como Entrada al Blog.

Un saludo cordial,

Juan Carlos Alonso

Editor del Blog


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miércoles, 10 de febrero de 2016

Sobre la metodología de la interpretación de los sueños

Por Hans Dieckmann, Capítulo traducido y tomado de la obra "Methods in Analytical Psychology", Chiron Publications, Wilmette, Illinois, 199, pp. 109-122.

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A comienzos de siglo, Freud y Jung hicieron sus sensacionales descubrimientos en lo concerniente a los contenidos del sueño y la fantasía y formularon sus conceptualizaciones de los caminos para hacer los contenidos oníricos comprensibles para la conciencia. Es remarcable que no haya habido ningún avance nuevo esencial ya sea en el psicoanálisis o en la psicología analítica en lo que concierne a la comprensión de los sueños desde entonces. Este avance ha venido de un campo diferente, el de la psicología experimental y la investigación del sueño. Al monitorear el movimiento rápido del ojo, Kleitmann (1963) tuvo éxito al establecer una relación entre las varias fases del sueño. A pesar de que podemos diferenciar cinco fases distintas del sueño con la ayuda del EEG, básicamente solo dos de ellas son de interés para nuestros propósitos: fases no REM y fases REM. La última parte del sueño revela una figura mezclada de ondas EEG de tipo alfa y beta y es caracterizada por el hecho que la mayoría de los sueños ocurre en esta etapa. Sabemos que los sueños aislados ocurren en otras etapas del sueño, pero la actividad onírica es más intensa durante la fase REM. En general podemos asumir que el adulto experimenta tres o cuatro fases REM cada noche y consiguientemente tiene un número correspondiente de sueños que pueden ser recordados. En el curso de la vida humana encontramos una fase REM elevada durante el período intrauterino tardío. A la edad de cuatro años alcanza el 30 por ciento de nuestro tiempo  de sueño, a la edad de veinte cae al 25 por ciento y en la edad anciana (esto es, a los ochenta años) cae al 20 por ciento. Esto significa que nosotros gastamos alrededor de un cuarto de nuestro tiempo dormidos soñando (Rossard 1976).