Sexo: Femenino
País: Colombia
Sueño:
Estoy en el centro, con una amiga mía; es una mujer madura, que anda con
un hindú, que fue estudiante mío en un programa de postgrado. Es bien moreno,
bien parecido. Ella tiene un hijito como de 7 años, cuyo padre es un estudiante
de universidad, pobremente vestido, que viene a traerle el niño. Paramos un
taxi y el padre le entrega el niño al nuevo compañero de la mamá, se saludan en
muy buenos términos. Es de noche, oscuro.
En el centro de la ciudad, para un taxi muy destartalado, y yo dudo en subirme.
El chofer arranca, se detiene y dice rudamente: se deciden o no. Es un tipo
alto, moreno calentano, de pelo crespo. El carro es un Roll Royce. Subimos y
aunque si es un carro muy viejo, es de propiedad del chofer quien a su manera,
lo tiene bien cuidado. Seguimos y la
pareja y el niño se bajan; yo me quedo sola, y me da miedo el sector que es de
prostitución, pero me doy cuenta que lo han remodelado bellísimo, con un muro
entero que cubre la o las manzanas, pintado de blanco mediterráneo y azul
ballena. Me explica que han remodelado el sector yo me acuerdo y le digo que sí,
que mi esposo ya me había comentado pero que se me había olvidado. Me
tranquilizo al sentir que no hay riesgo de atraco. Llego a la casa de mi mamá.
La mujer me ha pedido que la hospede con el hindú, con quien es evidente que
tienen un affaire. La empleada de mi
mamá les ha arreglado el cuarto; la casa es vieja, destartalada, como de tierra
caliente. Llegan y el “estudiante” es
también profesor de una reconocida universidad de EEUU. Trabajó con un primo
mío que fue muy brillante profesional. Al otro día están desayunando, y piden
más café. Yo atravieso la calle, la cocina está a un lado y pasando la calle,
está el comedor hacia el sur. No encuentro
el café ni la melita, mi mamá está desayunando, y yo voy a usar sin darme
cuenta el agua aromática. La empleada me advierte que es de mi mamá; yo me
siento torpe, moviéndome en espacios que no son míos, y me pregunto por qué me
llevé a esa mujer a la casa de mi mamá cuando yo tengo mi casa, donde está mi
esposo. Me inquieta saber que el marido de mi amiga se entere de su affaire
pues ella parece muy fresca (en un buen sentido). Tampoco sé cuántos días se
van a quedar. Les pregunto qué tal noche pasaron, ella dice que muy bien, y él
que tuvo problemas con la ducha eléctrica y no le salía bien el agua caliente. Yo
estoy buscando el momento de decirle a mi mamá que este señor había trabajado
con mi primo para que lo acepte mejor.
Cuando cruzo la calle del comedor hacia la cocina pienso que no he ido a
trabajar, que se me está acabando el tiempo, que no tengo energías. Pienso en mi
amiga que aunque está retirada tiene muchas actividades, pero a mí no me
interesa estar activa. Yo estoy yendo tiempo completo a mi antigua oficina, sin
necesidad y sin remuneración, pero me preocupa que me echen por no ir. Siento
una gran nostalgia de mi protagonismo pasado, pero sé que eso no se repetirá, y
me siento muy vieja. De repente caigo en cuenta que yo estoy es trabajando dos
mañanas en otra oficina, que ya fui el martes y que el viernes iré, y que no
tengo ningún problema laboral. Esto me tranquiliza.