La mayoría de ellos se esfuman con la misma presteza con la que los párpados se despegan. Otros sueños se resisten y perduran en nuestra mente como si fueran reales, durante unos instantes, hasta que la vigilia se hace evidente. Y, los menos, permanecen entre nuestros recuerdos, envueltos en esa nebulosa onírica tan característica. Pero todos y cada uno de ellos tienen algo en común: contienen información tan indescifrable como relevante.
Por eso, los sueños cautivaron al hombre desde la antigüedad. Los de aquella época los consideraban mensajes divinos. Ya en el siglo XX, el psicoanálisis catalogó a los sueños como delatores del inconsciente, algo que fascinó a los artistas surrealistas del momento.
Y mientras el hombre seguía divagando sobre la naturaleza divina o pagana de los sueños, o sobre lo que son capaces de decir sobre nosotros, millones de ellos continuaban esfumándose todos los días con cada despertar. Y con ellos, todos sus posibles datos de interés…
“Nuestro cerebro es un gran solucionador de problemas y la mayor parte de esas soluciones brotan durante el sueño”, señala Hunter Lee Soik, para luego recordar algunas de las grandes ideas que fueron concebidas durante un sueño: “Frankenstein, la tecnología láser, la electricidad, la resistencia pacífica…” Todas ellas salieron victoriosas ante el gran enemigo del sueño: el despertar. Aunque son la excepción porque se calcula que el 95% de lo que soñamos se olvida durante los cinco primeros minutos de vigilia.
¿Qué ocurriría si pudiéramos recordar todos nuestros sueños? O, mejor, aún, ¿qué pasaría si supiéramos hacer uso de su contenido? El propio Hunter Lee Soik trató de resolver la incógnita con ayuda de sus dos socios. Los tres son los creadores de Shadow, una aplicación cuyo objetivo es evitar que los sueños pasen al olvido, y que consiguió superar con creces la financiación necesaria para su puesta en marcha con su campaña en Kickstarter.
La propia idea de Shadow nació de un sueño o, mejor dicho, de los muchos sueños que durante una temporada tenía Hunter y que nunca conseguía recordar. “Mi trabajo en dos startups me imponía un horario imposible. No dormía lo suficiente y cuando echaba una cabezada me adentraba en un mundo del que no quería despertar. Quería recordarlos para siempre pero no había manera de hacerlo”.
Con Shadow, Solk y el resto de su equipo se propusieron crear una dinámica del despertar que permitiese capturar los sueños. La base de este ritual es un reloj despertador con una alarma gradual que permite pasar de forma escalonada la fase hipnopómpica (esa etapa de transición entre la semi-insconsciencia del sueño y la vigilia).
“El aumento gradual de volumen ayuda a recordar mejor los sueños al lograr pasar por esta fase de forma más suave y lenta que lo que permitiría la alarma de un reloj estándar”.
Es entonces el momento de hablar, escribir o responder preguntas sobre el sueño. La aplicación se encarga de registrarlo todo. Transcribe o graba lo que le cuenta el usuario y, en el caso de que a este le cueste recordar detalles del sueño, le plantea una serie de 5 a 10 preguntas para favorecer la rememoración. Todo en menos de cinco minutos para evitar que los sueños se pierdan para siempre por el desagüe de la memoria.
Una vez que la información está registrada, es el individuo (ya despierto del todo) el que decide qué hacer con ella. “Shadow tiene una naturaleza social aunque los sueños son algo muy personal”. De ahí que la aplicación dé la posibilidad al individuo de reservar los detalles de su sueños para él o compartirlos con el resto de usuarios, preservando sus datos personales.
Los que opten por esta última posibilidad estarán contribuyendo con el gran objetivo de Shadow: desarrollar la mayor base de datos del mundo sobre los sueños. “El uso prolongado de la aplicación deriva en una gratificante experiencia, ya que Shadow visualiza los patrones de sueño e identifica temas comunes. Usando el contenido del sueño de otros usuarios, la aplicación convierte a estos símbolos y experiencias en conocimiento. Al mismo tiempo que aprendes acerca de ti mismo, estamos trabajando para organizar todos estos datos en la mayor base de datos de sueños humanos en el mundo”.
Ni Solk ni el resto del equipo de Shadow son científicos por lo que para la puesta en marcha del proyecto se han rodeado de varios especialistas en el estudio del sueño. “Al combinar los datos extraídos del seguimiento diario con las conclusiones de investigaciones científicas y psicológicas, Shadow puede visualizar y contextualizar los sueños y ayudar a los usuarios a que recuerden sus sueños y que los entiendan”.
Con todo eso, Solk confía en poder crear la mayor comunidad mundial sobre algo tan poco valorado como el sueño. “Estamos socializados para pensar en el sueño como la inactividad pero ciertas partes de nuestro cerebro están más activas mientras estamos durmiendo. Al igual que los astronautas que miran la Tierra cuando salen al espacio por primera vez, Shadow permite ver el mundo desde un ángulo diferente. No sé lo que todos estos datos revelarán acerca de nuestro mundo, pero estoy seguro de que será algo alucinante”.
Gema Lozano
No hay comentarios:
Publicar un comentario