Sobre el origen de este Blog

Este blog tiene un hermano gemelo, Mitos Latinoamérica, que tiene una gran acogida (2'050.000 visitas). Hay semejanzas entre los dos blogs, pues ambos narran productos psíquicos. Pero la diferencia es que en aquel, yo lo alimento periódicamente con mitos de América Latina, mientras que en este blog, son los lectores mismos los que lo alimentan, al contar sus mitos personales, que son los sueños.

Así que este blog vivirá de la caridad pública, de las “donaciones” ANÓNIMAS de sueños que hagan los visitantes. Aunque son aportes de gran riqueza, no representan un valor económico sino simbólico. Este blog busca constituirse en el cajero automático de un gran Banco de Sueños, en el que cualquier lector pueda consignar sus sueños para compartirlos con los demás. Cada noche nuestra mente produce cantidades de sueños que en su enorme mayoría se olvidan y se pierden para siempre. Así que deseamos crear este espacio en el que la gente pueda compartir este hermoso material.

Acá no intentaré interpretarlos porque para hacerlo se requieren las asociaciones de los soñantes, algo imposible en un espacio como este. Pero como soñante y como terapeuta que analiza sueños en mi consulta particular, tengo la convicción de que debemos evitar que los sueños individuales se sigan extraviando noche tras noche para siempre.

Mi aporte será: 1) publicar en la columna derecha una selección de artículos que hablen sobre los sueños. 2) Clasificar los sueños en categorías, según los temas que traten. 3) Corregir la ortografía; sé que los sueños no tienen ortografía y que lo que hago es una intromisión, pero tengo una tara profesional de docente que me hace imposible publicar algo con errores ortográficos.

Así que demos comienzo a las donaciones de sueños. Pueden donarlos enviando sus sueños al correo adejungcol@gmail.com, y yo los transcribiré como Entrada al Blog.

Un saludo cordial,

Juan Carlos Alonso

Editor del Blog


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domingo, 26 de enero de 2014

Se va la luz en los baños

Sexo: 

Masculino

País: Colombia

Sueño:


Estoy en mi oficina, más grande y diferente a la real, en un lugar compartido y con recepcionistas. Voy al baño masculino y veo a dos hombres sentados al lado de la entrada, en donde hay algo de luz. El resto está a oscuras. Voy al interruptor y lo prendo pero veo que algo no funciona. Salgo y voy donde un par de recepcionistas que son desconocidas para mi. Una de ellas es negra. Quizás las dos. Están hablando entre ellas y aunque yo las saludo, ellas están distraídas y apenas me responden. Les cuento que el baño de hombres esta a oscuras. Una de ellas dice algo como que "Aún no lo han arreglado", y llama por teléfono para avisar sobre el daño.
Afuera de mi oficina hay unos sofás largos y hay una niñita como de unos 8 años con una cara muy interesante, como muy despierta e inteligente, pero se muestra a la espera de alguien. Me llama mucho la atención de su cara. Luego estoy nuevamente en la zona de la recepción pero veo que todo esta en la penumbra y que no hay nadie. 
En el sofá de antes, veo las cosas de la niñita, como juguetes y ropa, todo doblado y ordenado. Me siento al lado y trato de dejar todo ordenado como estaba. 
Voy al teléfono para avisar sobre el daño del interruptor, pero no sé a que número llamar. De pronto llega la luz y veo que era un daño general. Se abre la puerta de una oficina y aparece mi amiga M. S. Yo la saludo bien, pero no en forma cálida como lo haría en la realidad. Veo que ella estaba a oscuras con la niña que vi antes.
Mi sobrina está a mi lado y me dice que quiere ir al baño pero que está ocupado hace rato. Los baños quedan detrás de donde esta el sofá. Miro por debajo de las paredes de los baños y veo que en efecto uno esta ocupado, pero no el otro. Se lo digo a mi sobrina y la llevo hasta la entrada del baño desocupado. 
Después veo a la niñita de antes en el sofá, pero se ha transformado y ahora es más pequeñita, como de 3 o 4 años. Hay una muñeca a su lado que no se sí es de ella o de mi sobrina. Se lo pregunto a la niña y duda pero luego me dice que no es de ella. Le insisto y ella lo niega nuevamente. Término diciéndole que me quedaré con la muñeca pero que sí luego se da cuenta que sí era suyo, me diga y yo se la devolveré. 
Finalmente llega mi esposa a mi oficina (donde antes estaban los baños). Hay unas camas camarotes. Ella viene como adolorida. Yo la ayudo a subir a la cama de arriba y allí la acuno


La teoría de los sueños de Carl G Jung

Ursula Oberst

Úrsula Oberst es doctora en Psicología por la Universidad Ramon Llull. Desde 1995 ejerce como profesora de Psicología en la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educació y del Deporte de la Universidad Blanquerna. También tiene consulta privada y colabora como Doctora en el grupo de investigación “Conductas Desadaptativas (ConDesA)”. En la línea de investigación Inteligencia Emocional.

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Carl Gustav Jung, junto con Adler otro mayor disidente del psicoanálisis que  fundó su propia escuela terapéutica, la Psicología Analítica, difiere de Freud también en su visión de los sueños. Para él, el sueño es una expresión normal y creativa del inconsciente y no la reaparición parcial de contenidos reprimidos. 

Jung sugiere que los sueños frecuentemente reflejan el trabajo de una pulsión hacia la salud y la madurez psicológica; su función es la de restaurar el equilibrio psicológico del soñador. Muy similar a Adler, Jung también les confiere a los sueños una finalidad; según ambos autores, los sueños tienen una función prospectiva hacia el futuro, como anticipación de acontecimientos futuros. Jung creó la expresión de que los sueños son un “ejercicio preliminar o esbozo” (Jung, 1948/1974, p.41), adoptado luego por el adleriano Shulman (1973). El contenido simbólico es, según Jung, la propuesta de solución de un conflicto. De esta manera, los sueños pueden ayudar, de forma simbólica, a la mente consciente a preparar un camino que ya se está dibujando. Los sueños pueden ayudar a ver las cosas desde otro punto de vista, a complementar la visión parcial y sesgada que tiene la mente en estado despierto y comparar diferentes puntos de vista para que la persona después pueda producir un ajuste o rectificación en estado de vigilia. Para Jung, la función general de los sueños consiste en intentar restablecer el equilibrio psicológico de la persona y compensar las deficiencias de su personalidad. 

Así que, en vez de considerar los sueños un símbolo como disfraz para otra cosa, Jung piensa que los símbolos se deben reconocer como que tienen un valor por sí mismos. Los símbolos y las imágenes en el sueño son el lenguaje natural del inconsciente, y el sueño expresa algo psíquico que sólo puede ser traducido parcialmente en términos racionales. Jung pone mucho énfasis en los símbolos de carácter universal; sus estudios de la mitología, de las religiones, de las leyendas y expresiones culturales le hizo pensar que las temáticas universales encontradas revelan la existencia, en cada individuo, de una parte del inconsciente que es común a toda la humanidad, el “inconsciente colectivo”.

De esto deriva, que Jung, en vez de limitarse a buscar contenidos sexuales reprimidos desde la infancia, pone más énfasis en la vida actual del soñador, intentando encontrar la manera en que el sueño puede ser un tesoro creativo con el potencial de reforzar la personalidad. Jung también rechaza la técnica freudiana de la libre asociación para la interpretación del sueño, pero sin proponer un método propio en cambio. En la práctica, Jung solía trabajar con toda una serie de sueños de una persona y utilizaba una variedad de métodos imaginativos, meditativos y artísticos para llegar a una interpretación. El sueño se considera “analizado” cuando el soñador tiene la impresión que le “da sentido”. 

La teoría jungiana se puede considerar mucho más próxima a la teoría adleriana y a otras más actuales que a la teoría de Freud; como punto a destacar queda la idea de que el sueño puede contribuir al equilibrio psicológico de la persona (en vez de ser una válvula de escape para las presiones causadas por los pensamientos reprimidos) y que esta función es útil, no sólo para descubrir el inconsciente, sino se puede utilizar con provecho en el proceso terapéutico de manera creativa, ya que se trata de procesos psicológicos que nacen en la propia persona. Por otro lado, el énfasis en la simbología universal puede requerir una formación humanística y literaria superior que no todos los terapeutas pueden tener. 

Los autores jungianos más actuales, contrariamente a lo que hacen los freudianos respecto al modelo original, se quedan relativamente cerca de la teoría de Jung sobre la interpretación de los sueños. Beebe (1993) destaca que la función de los sueños es la de llevar un mensaje de la vida inconsciente a la consciente, y por tanto, el inconsciente es propositivo: los sueños tienen algo que decir, y el soñador tiene que entender este mensaje onírico para sacar provecho de sus recursos inconscientes.

El espacio onírico

JACOBO SIRUELA

Editor, escritor y diseñador gráfico. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Madrid. Premio Nacional a la Mejor labor editorial concedido por el Ministerio de Cultura. En 1982, fundó a los 26 años la editorial Siruela. En 2005 deja Siruela para fundar junto a su mujer, la periodista Inka Martí, Ediciones Atalanta. Este documento corresponde al tercer capítulo de su obra El mundo bajo los párpados (2011), Girona, España: Editorial Atalanta. Fue tomado de la página Scribd. 

  

¿Dónde estamos cuando soñamos? Parece una pregunta ociosa, pero ¿puede alguien contestarla? ¿Acaso puede alguien afirmar que conoce realmente este ámbito tan efímero, equívoco y tornadizo? Pues al soñar nunca prestamos atención al “espacio” en el que nos encontramos, y al despertar el único vestigio que conservamos de nuestras inciertas aventuras nocturnas es una vaga impresión de imágenes y vivencias más o menos adheridas a lo más leve y huidizo de nuestra memoria. Se trata, pues, de un mundo vago; de un “mundo” que nunca se ve ni se observa con la atención y el detalle con que se contemplan las cosas durante la vigilia. ¿Qué hace el soñante mientras se encuentra en la otra orilla? Se deja llevar… Nadie se detiene a observar el espacio que lo envuelve  cuando sueña, ya que todo el espectáculo del cual goza o padece al estar soñando lo tiene siempre hechizado con el movimiento perpetuo de sus figuras y situaciones mutantes, sin que nadie se pare a inspeccionarlo, tal como se puede hacer al estar despierto. Como dice Gastón Bachelard: “El espacio del sueño es todo menos quietud, cualquier cosa menos reposo”.

Delimitar la metáfora de este espacio se asemeja a la descripción de la banda de Moebius, donde el haz se vuelve envés. Del mismo modo, el espacio onírico es una dimensión interior vuelta al revés; pues todo lo que vemos fuera, todo aquello que constituye el mundo que soñamos se forma y se desarrolla dentro de nuestra mente. De modo que el mundo interno se transmuta en “espacio” externo, y la exterioridad en proyección interior.

Así, en la metafórica dimensión espacial del onirismo, los “lugares” y los “objetos” no se desarrollan a partir de ninguna cualidad del tiempo exterior (como sucede en el mundo de la vigilia), sino a partir de un tiempo interior, cuyo flujo temporal se autogenera a sí mismo a medida que avanza, porque es un tiempo simulado, un tiempo que crece y se despliega desde el interior de sus propios dinamismos a través de ese mágico torrente de imágenes vivas que constituyen cada uno de los lugares por los que pasamos al soñar.

sábado, 25 de enero de 2014

Mi amiga y el hindú

Sexo: Femenino

País: Colombia

Sueño:

Estoy en el centro, con una amiga mía; es una mujer madura, que anda con un hindú, que fue estudiante mío en un programa de postgrado. Es bien moreno, bien parecido. Ella tiene un hijito como de 7 años, cuyo padre es un estudiante de universidad, pobremente vestido, que viene a traerle el niño. Paramos un taxi y el padre le entrega el niño al nuevo compañero de la mamá, se saludan en muy buenos términos.  Es de noche, oscuro. En el centro de la ciudad, para un taxi muy destartalado, y yo dudo en subirme. El chofer arranca, se detiene y dice rudamente: se deciden o no. Es un tipo alto, moreno calentano, de pelo crespo. El carro es un Roll Royce. Subimos y aunque si es un carro muy viejo, es de propiedad del chofer quien a su manera, lo tiene bien cuidado.  Seguimos y la pareja y el niño se bajan; yo me quedo sola, y me da miedo el sector que es de prostitución, pero me doy cuenta que lo han remodelado bellísimo, con un muro entero que cubre la o las manzanas, pintado de blanco mediterráneo y azul ballena. Me explica que han remodelado el sector yo me acuerdo y le digo que sí, que mi esposo ya me había comentado pero que se me había olvidado. Me tranquilizo al sentir que no hay riesgo de atraco. Llego a la casa de mi mamá. La mujer me ha pedido que la hospede con el hindú, con quien es evidente que tienen un affaire.  La empleada de mi mamá les ha arreglado el cuarto; la casa es vieja, destartalada, como de tierra caliente.  Llegan y el “estudiante” es también profesor de una reconocida universidad de EEUU. Trabajó con un primo mío que fue muy brillante profesional. Al otro día están desayunando, y piden más café. Yo atravieso la calle, la cocina está a un lado y pasando la calle, está el comedor hacia el sur.  No encuentro el café ni la melita, mi mamá está desayunando, y yo voy a usar sin darme cuenta el agua aromática. La empleada me advierte que es de mi mamá; yo me siento torpe, moviéndome en espacios que no son míos, y me pregunto por qué me llevé a esa mujer a la casa de mi mamá cuando yo tengo mi casa, donde está mi esposo. Me inquieta saber que el marido de mi amiga se entere de su affaire pues ella parece muy fresca (en un buen sentido). Tampoco sé cuántos días se van a quedar. Les pregunto qué tal noche pasaron, ella dice que muy bien, y él que tuvo problemas con la ducha eléctrica y no le salía bien el agua caliente. Yo estoy buscando el momento de decirle a mi mamá que este señor había trabajado con mi primo para que lo acepte mejor.  Cuando cruzo la calle del comedor hacia la cocina pienso que no he ido a trabajar, que se me está acabando el tiempo, que no tengo energías. Pienso en mi amiga que aunque está retirada tiene muchas actividades, pero a mí no me interesa estar activa. Yo estoy yendo tiempo completo a mi antigua oficina, sin necesidad y sin remuneración, pero me preocupa que me echen por no ir. Siento una gran nostalgia de mi protagonismo pasado, pero sé que eso no se repetirá, y me siento muy vieja. De repente caigo en cuenta que yo estoy es trabajando dos mañanas en otra oficina, que ya fui el martes y que el viernes iré, y que no tengo ningún problema laboral. Esto me tranquiliza. 

El cambio de casa

Sexo: Femenino

País: Colombia

Sueño:

Estoy en una casa escogida por mi mamá y mi prima, con el trasteo sin desempacar, es una casa vieja, en un barrio muy tradicional de la ciudad. Mi esposo está muy descontento y no le encuentra ninguna ventaja. Me dice que él no cambia por nada nuestra casa anterior. Yo no entiendo qué hicimos la casa, si la arrendamos, por qué nos salimos de ella, pero sé que la podemos recuperar. Yo le digo que esta casa es más calientita y que por eso dormimos hasta tarde, pero él me dice que no le gusta nada y me insiste que no cambia nuestra casa, el barrio, (todo lo nuestro). Lo único que hay muy arreglado es nuestro closet, con poquita ropa, a un lado la mía colgada y al otro la de él, todo muy organizado.  Está toda la familia extendida, mis papás pero sobre todo mi mamá, mis hermanos, mi prima y mi hijo mayor. Mi nieta está al cuidado de mi mamá (su bisabuela) porque ese día no hay colegio. Yo le digo a mi esposo que hay otra ventaja y es que se puede ver desde la ventana de la sala hacia la calle, cosa que no podíamos desde nuestra casa anterior, y que estamos más conectados con la vida de la ciudad. Me voy a asomar a la ventana de la sala y hay un muchacho cambiando un vidrio, enviado por el vecino, pues el vidrio está flojo. Cuando me asomo veo a una prostituta de unos 50 años, vestida de odalisca, con chaleco de seda pegado al cuerpo y un pantaloncito corto, la blusa roja y el pantalón verde de seda, como una de mis pijamas de seda. Ella tiene un alfanje en la mano y temo que se acerque a la ventana e intente cortarme la cara. 

domingo, 19 de enero de 2014

Clasificación de sueños

En el blog de mitos ha sido de gran utilidad hacer una clasificación mínima por comunidades indígenas, temas y países. Creo que también acá podría servir una tipología semejante para los sueños. Para que todos nos sintamos más libres de relatarlos, propongo enviarlos de manera anónima, sin nombres, ni correos. 

Quizás con el tiempo podamos encontrar elementos comunes en ese material acumulado, por ejemplo de personajes, situaciones, símbolos. Eso lo iremos viendo a medida que pase el tiempo. Pero por ahora la clasificación básica que propongo es (RECUEDEN QUE LA DONACIÓN ES ANÓNIMA)

País:
Sexo: 
Título del Sueño:

Así que demos comienzo a las donaciones de sueños. Pueden donarlos:
1) ENVIANDO SUS SUEÑOS AL CORREO juancalonsog@gmail.com, Y YO LOS TRANSCRIBIRÉ COMO ENTRADA AL BLOG.
2) ENTRAR AL FORMATO DE SUEÑOS Y ANOTARLOS AL FINAL DE LOS COMENTARIOS. 
3) ANOTARLOS EN LOS COMENTARIOS A ESTE LUGAR.


Juan Carlos Alonso
Editor de este Blog

sábado, 18 de enero de 2014

La broma pesada del conductor de bus

Sexo: Hombre

País: Colombia

Sueño: 


Voy en un bus como en ciudad de México y va bastante lleno. Un hombre que parece amigo del conductor timbra para bajarse. Cuando lo va a hacer, dice algo divertido en voz alta, a lo cual el conductor decide cerrar la puerta y llevarlo unas varias cuadras más allá. Me sorprende que siendo amigo del conductor, éste le haga una broma tan pesada, pero además que el hombre acepte tan tranquilamente las cosas, pues se le ve sonriente mientras pasan las cuadras. Lo peor es que está lloviendo afuera y las calles se están inundando. Cuando finalmente el conductor detiene el bus, el hombre desciende. Y me sorprendo aún más cuando descubro que el hombre es ciego, por lo que saca su bastón y trata de orientarse, lo cual veo que es imposible ya que el agua le llega hasta las piernas. 

viernes, 17 de enero de 2014

Las gemelas antagónicas

Sexo: Femenino

País: Colombia

Sueño:

Tengo a mi cargo dos niñas. Creo que no son mis hijas pero están bajo mi responsabilidad, y me las han entregado hace poco. Yo estoy de espaldas a la puerta de entrada a un salón que puede ser una sala, un salón de juegos, un espacio de un colegio. Puede estar cerrado pero en el horizonte parece un espacio abierto. Las dos niñas, que pueden ser mellizas, son una gigante, inmensa, vestida con un abrigo de uniforme azul oscuro, largo, sombrero azul oscuro, redondo en el centro y con ala corta; los zapatos son cerrados, azul oscuro, se ven pesados. Frente a mí hay una escalera, con espacio abierto entre los escalones. La gigante va a subir y yo me voy detrás de ella pues me preocupa los daños involuntarios que cause en la escalera y en la edificación, con su volumen y su peso. Debajo de la escalera, en cuclillas, mirando asustada, está la enanita. Es muy pequeña, parece una niñita mendiga, con un vestidito de tela sin abrigo, con rotos en el vestido. La piel y el cabello son pálidos, y el cabello es ralo como el de los niños desnutridos. Yo la miro y la tengo que dejar ahí para irme detrás de la gigante. Siento sus pasos retumbar, la veo moverse pesada, torpe. Pienso en lo que implica su cuidado, su ocupación del espacio, la desproporción de su tamaño frente a la escala de las personas y los espacios de personas de estatura normal. Sigo subiendo la escalera, ella está ya en el segundo piso y sigue caminando. Toda la construcción se mueve con sus pasos. Pienso con gran preocupación en el tamaño de sus deposiciones (cagadas), en el tipo de sanitario que necesitaría para su dimensión, que no se encuentra disponible.

viernes, 3 de enero de 2014

Los contrincantes gemelos

Sexo: Masculino

País: Colombia

Sueño:

Tengo que enfrentarme a pelear con varios contrincantes. Son como malabaristas pequeñitos , como de caucho y que dan unos brincos increíblemente grandes. Son como dos personas pegadas en una sola, de color diferente cada mitad. Me enfrento con ellos casi con la seguridad de que es imposible vencerlos. Sin embargo, tengo la esperanza que alguien que está en los alrededores y que sabe lo que está pasando, intervenga en la contienda y me ayude. Pero si ni lo hace, estoy decidido a continuar con la pelea.