Sobre el origen de este Blog
Este blog tiene un hermano gemelo, Mitos Latinoamérica, que tiene una gran acogida (2'050.000 visitas). Hay semejanzas entre los dos blogs, pues ambos narran productos psíquicos. Pero la diferencia es que en aquel, yo lo alimento periódicamente con mitos de América Latina, mientras que en este blog, son los lectores mismos los que lo alimentan, al contar sus mitos personales, que son los sueños.
Así que este blog vivirá de la caridad pública, de las “donaciones” ANÓNIMAS de sueños que hagan los visitantes. Aunque son aportes de gran riqueza, no representan un valor económico sino simbólico. Este blog busca constituirse en el cajero automático de un gran Banco de Sueños, en el que cualquier lector pueda consignar sus sueños para compartirlos con los demás. Cada noche nuestra mente produce cantidades de sueños que en su enorme mayoría se olvidan y se pierden para siempre. Así que deseamos crear este espacio en el que la gente pueda compartir este hermoso material.
Acá no intentaré interpretarlos porque para hacerlo se requieren las asociaciones de los soñantes, algo imposible en un espacio como este. Pero como soñante y como terapeuta que analiza sueños en mi consulta particular, tengo la convicción de que debemos evitar que los sueños individuales se sigan extraviando noche tras noche para siempre.
Mi aporte será: 1) publicar en la columna derecha una selección de artículos que hablen sobre los sueños. 2) Clasificar los sueños en categorías, según los temas que traten. 3) Corregir la ortografía; sé que los sueños no tienen ortografía y que lo que hago es una intromisión, pero tengo una tara profesional de docente que me hace imposible publicar algo con errores ortográficos.
Así que demos comienzo a las donaciones de sueños. Pueden donarlos enviando sus sueños al correo adejungcol@gmail.com, y yo los transcribiré como Entrada al Blog.
Un saludo cordial,
Juan Carlos Alonso
Editor del Blog
lunes, 5 de agosto de 2019
Perdido en el extranjero
Sexo: Masculino
Sueño:
Estoy caminando por una ciudad en el extranjero en donde ya he estado antes. Me he ido caminando al azar por las calles y me veo de pronto perdido. Reconozco algunos lugares turísticos pero no sé, por ejemplo, en dónde queda el hotel en donde estoy alojado. Pasan tres muchachas como francesas, conversando entre ellas y yo me atrevo a hablarle a una de ellas, para contarle que estoy perdido y que sólo requiero unas cuantas indicaciones para ubicarme. Ella me ayuda de inmediato. Va a puestos de revistas para buscar un mapa. Yo no encuentro el mapa que conozco, que es como un Michelin, pero al rato de ella preguntar, en un lugar nos regalan uno que no es tan bueno como el que yo conocía, pero es gratis. Sigo acompañado por ellas. En algún momento veo una marcha por las calles. Es de un grupo pequeño de minusválidos. Después, la muchacha que me ayudaba, se ha convertido en un hombre joven, que continúa ayudándome y guiándome.
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