Sobre el origen de este Blog

Este blog tiene un hermano gemelo, Mitos Latinoamérica, que tiene una gran acogida (2'050.000 visitas). Hay semejanzas entre los dos blogs, pues ambos narran productos psíquicos. Pero la diferencia es que en aquel, yo lo alimento periódicamente con mitos de América Latina, mientras que en este blog, son los lectores mismos los que lo alimentan, al contar sus mitos personales, que son los sueños.

Así que este blog vivirá de la caridad pública, de las “donaciones” ANÓNIMAS de sueños que hagan los visitantes. Aunque son aportes de gran riqueza, no representan un valor económico sino simbólico. Este blog busca constituirse en el cajero automático de un gran Banco de Sueños, en el que cualquier lector pueda consignar sus sueños para compartirlos con los demás. Cada noche nuestra mente produce cantidades de sueños que en su enorme mayoría se olvidan y se pierden para siempre. Así que deseamos crear este espacio en el que la gente pueda compartir este hermoso material.

Acá no intentaré interpretarlos porque para hacerlo se requieren las asociaciones de los soñantes, algo imposible en un espacio como este. Pero como soñante y como terapeuta que analiza sueños en mi consulta particular, tengo la convicción de que debemos evitar que los sueños individuales se sigan extraviando noche tras noche para siempre.

Mi aporte será: 1) publicar en la columna derecha una selección de artículos que hablen sobre los sueños. 2) Clasificar los sueños en categorías, según los temas que traten. 3) Corregir la ortografía; sé que los sueños no tienen ortografía y que lo que hago es una intromisión, pero tengo una tara profesional de docente que me hace imposible publicar algo con errores ortográficos.

Así que demos comienzo a las donaciones de sueños. Pueden donarlos enviando sus sueños al correo adejungcol@gmail.com, y yo los transcribiré como Entrada al Blog.

Un saludo cordial,

Juan Carlos Alonso

Editor del Blog


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jueves, 20 de febrero de 2014

Dios está esperando por mi

País: Argentina

Sexo: Femenino

Sueño:

Estoy en una habitación de tamaño mediano. En un extremo contra la pared, está mi escritorio con el computador prendido; en el otro, está nuestra cama, donde está acostado mi esposo. No es claro si es de noche o de día, pero hay una lámpara encendida en la mesa de noche, y toda la habitación tiene un agradable color amarillo tenue, que nos envuelve muy dulcemente y que se puede sentir su textura si la atmósfera fuera una  flor entre blanca y amarilla. Miro mi escritorio y alguien ha colocado una matera pequeña, como un tazón, con una mata de hojas muy verdes. Me sorprendo y busco el cactus que siempre tengo a lado del computador y está un poco más lejos. Pensamos que seguramente la empleada me la ha puesto allí como un regalo especial.

Regreso a la cama y me quito la piyama para hacer el amor con mi esposo que me espera con media cama destendida, haciéndome lugar a su lado. De repente, estamos los dos en medio de un océano de un azul intenso, como azul petróleo, que lo rodea todo, como si el mar se fundiera con el cielo del mismo color. En la mitad estamos en una barca pequeña; mi esposo está muy acomodado y me está ayudando a subir sosteniéndome con su mano. Todo parece una pintura. Hacia el lado izquierdo de las figuras, encima, aparecen dos gotas o círculos de tamaño proporcional a la imagen. Una es roja y la otra azul, y están muy cerca la una de la otra. En la roja van apareciendo las palabras: “Dios está esperando a Amelia”. Amelia es mi nombre.

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