En 1935, cuando integraba una expedición
científica que atravesaba la aún inexplorada jungla ecuatorial de la Zona
Central de le península malaya, me introdujeron a una tribu aislada de gente de
la selva, que empleaba métodos de psicología y de relaciones interpersonales
tan asombrosos que parecían provenir de otro planeta.
Esta gente, los Senoi, vivía en alargadas
casas colectivas, diestramente construidas con bambú, junco y paja, y
distanciadas del suelo mediante postes. (...) actualmente, la autoridad máxima
en todas estas comunidades recae en sus psicólogos primitivos, a quienes llaman
halaks. En la sociedad, el único título honorífico es el de Tohat, equivalente,
en nuestros términos, al de sanador y educador.
Los Senoi aseguran que hace 200 o 300 años
que entre ellos no se produce un crimen violento ni un conflicto intertribal,
debido a la profunda captación psicológica a la inventiva de los Tohats. (…) la
inexistencia de crímenes violentos, de conflictos armados y de enfermedades
mentales y físicas dentro de su propia sociedad sólo puede explicarse sobre la
base de instituciones que producen un elevado estado de integración psicológica
y madurez emocional, a la par de capacidades y actitudes sociales que promueven
relaciones interpersonales creativas antes que destructivas. (…). El estudio de
esta sociedad parece indicar que los Senoi llegaron a este elevado estado de
cooperación e integración social y física mediante un sistema de psicología que
descubrieron, inventaron y desarrollaron, y que los principios de este sistema
psicológico son comprensibles en términos del pensamiento científico occidental.
Fue el difunto H. D. Noone, etnólogo gubernamental de los Estados Federativos
Malayos, quien me contactó con este grupo asombroso.
(…) Tras un año de experiencia trabajando
con esta gente como investigador psicológico, y otro año con Noone en
Inglaterra integrando sus exploraciones antropológicas de siete años con mis
propios descubrimientos, estoy en condiciones de efectuar las siguientes
formulaciones sobre los principios de la psicología Senoi. Por tratarse de un
grupo prealfabetizado, los principios de su psicología son sencillos y fáciles
de aprender, entender e inclusive emplear. (…) La psicología Senoi comprende
dos categorías.
La primera se ocupa de la interpretación
de los sueños; la segunda de la interpretación del sueño en el trance del
acuerdo o ensueño cooperativo. Hasta la adolescencia no se puede participar en
el ensueño cooperativo, que sirve para iniciar al niño en el status de la
adultez. Después de la adolescencia, si un Senoi pasa mucho tiempo en estado de
trance, se lo considera especialista en curaciones o en el uso de poderes
extra-sensoriales. La interpretación de los sueños, en cambio, es un aspecto
prominente de la educación de los niños y constituye un conocimiento corriente
para todos los Senoi adultos. (…)
El desayuno en una casa Senoi parece una
clínica de sueños, con el padre y los hermanos mayores escuchando y analizando
los sueños de todos los chicos. Cuando concluye la clínica familiar, la
población masculina se reúne en consejo, y allí discuten y analizan los sueños
de los muchachos mayores y de todos los hombres de la comunidad. Dado que los
Senoi no emplean, por supuesto, nuestro sistema terminológico, su psicología de
la interpretación de sueños puede resumirse así: En su propia mente el hombre
crea aspectos destacados o imágenes del mundo externo como parte del proceso de
adaptación. Algunos de estos aspectos están en conflicto con él y entre sí. Una
vez internalizadas, estas imágenes hostiles vuelven al individuo contra sí
mismo y contra sus compañeros.
En los sueños, el individuo tiene poder
para ver estos hechos de su psique, que se han ocultado bajo formas exteriores,
asociados con sus propias emociones (…) Si el individuo no recibe auxilio
social mediante la educación y la terapia, estas imágenes hostiles,
reconstruidas a través de la percepción normal del mundo exterior, se ligan
entre sí y se asocian unas con otras de modo tal que el individuo se convierte
en un ser física, social y psicológicamente anormal. (…) con la ayuda de las
interpretaciones de los sueños, estas réplicas psicológicas del entorno
socio-físico, pueden redirigirse y reorganizarse, para volver nuevamente a ser
útiles para la personalidad principal del sujeto.
El Senoi cree que cualquier ser humano,
con la ayuda de sus compañeros o familiares, puede desafiar, dominar y hasta
utilizar todos los entes y fuerzas del universo onírico. Su experiencia lo
lleva a creer que, si uno coopera con sus semejantes o se les opone de buena fe
durante el día, sus imágenes eventualmente lo ayudarán a uno en sus propios
sueños, y que toda persona debe y puede llegar a ser el guía supremo y el
maestro de su propio universo espiritual o de sueños, y puede requerir y
recibir la ayuda, la cooperación de todas las fuerzas allí afincadas. (…)
Al lector posiblemente le interese
analizar en detalle los métodos Senoi de interpretación de los sueños. El sueño
de ansiedad o terror más simple que encontré entre los Senoi fue el de la
sensación de caída. Cuando un niño Senoi cuenta que soñó caer, el adulto le
contesta entusiasmado: “Ese es un sueño maravilloso, uno de los mejores sueños
que pueda tener un hombre. ¿Hacia dónde caíste y qué descubriste?”. Se escucha
el mismo tipo de comentario cuando el niño cuenta que soñó estar trepando,
viajando, volando o deslizándose a ras de tierra. Como si fuera alguien de
nuestra sociedad, las primeras veces el niño contesta que la sensación no
parecía tan maravillosa y que se asustó tanto que despertó antes de alcanzar a
caer en alguna parte. “Eso fue un error”, contesta la autoridad adulta. “Todo
lo que hagas en sueños tiene un propósito, más allá de que lo comprendas o no
mientras duermes. Debes relajarte y disfrutar cuando caigas en sueños. Caer es
el medio más rápido de ponerse en contacto con los poderes del mundo de los
espíritus, los poderes que te son revelados a través de los sueños. (…)
Cuando en un sueño pienses que estás
muriendo, lo único que te ocurre es que estás recibiendo los poderes del otro
mundo, tu propio poder espiritual que se había vuelto en tu contra y que ahora
quiere coincidir contigo si tú quieres aceptarlo”. El hecho asombroso es que,
después de un cierto tiempo, con este tipo de interacción social -elogiosa o
crítica, imperativa y consejera- el sueño que se inició con miedo a la caída se
transforma en la alegría de volar. (…)
Los Senoi creen y enseñan que el soñante
-el “Yo” del sueño- siempre debe seguir adelante y atacar en presencia del
peligro, invocando en el sueño las imágenes de sus compañeros si es necesario,
pero peleando con sus propias fuerzas hasta que ellos lleguen. Los Senoi creen
que en los malos sueños los verdaderos amigos nunca atacarán al soñante ni
rehusarán ayudarlo. Si algún personaje onírico aparenta ser amigo pero resulta
ser hostil o no coopera en un sueño, entonces él sólo está usando la máscara de
un amigo. Si el soñante ataca y mata al personaje onírico hostil, el espíritu o
esencia de este personaje onírico en adelante siempre emergerá como un
sirviente o un aliado. Los personajes oníricos sólo son malos mientras uno les
tema y retroceda ante ellos, y continuaran pereciendo malos y atemorizantes
mientras uno se niegue a unirse estrechamente con ellos.
Según los Senoi, los sueños placenteros,
como el volar o el amor sexual, deben proseguirse hasta alcanzar un desenlace,
el cual, al despertar, lo deja a uno con algo bello o útil para el grupo. Por
ejemplo, cuando uno termina de volar puede llegar a alguna parte, reunirse con
los seres del lugar, escuchar su música, ver sus construcciones y decoraciones,
sus danzas y aprender su conocimiento útil. Los sueños de amor sexual siempre
deben continuar hasta el orgasmo, y luego el soñante debe pedirle a su amante
en sueños el poema, la canción, la danza, el conocimiento útil que expresará al
grupo la belleza de su amante espiritual.
Si esto se cumple, ningún hombre o mujer
de los sueños puede quitar el amor que pertenece a los seres humanos. Si el
personaje onírico que pide amor aparenta ser un hermano o una hermana, con
quienes hacer el amor en la realidad sería anormal o incestuoso, uno no tiene
por qué temer de expresarle el amor en sueños, ya que estos entes oníricos no
son en realidad hermano o hermana, sino que sólo han elegido estas imágenes
tabúes como disfraz. (…) Una rica vida amorosa en sueños significa el favor de
los entes del universo espiritual o emocional. Si el soñante ofende a las
imágenes oníricas de sus compañeros o se niega a cooperar con ellos en sueños,
debe tomarse el trabajo de expresarles amistad y cooperación al despertar, ya
que los personajes oníricos hostiles sólo pueden usar la imagen de la gente con
la cual se está deteriorando la buena voluntad. Si la imagen de un amigo hiere
en un sueño el soñante, este debe advertirle del hecho, cosa que aquél pueda
tener oportunidad dc reparar su imagen dañina o negativa por medio del trato
social amistoso.
Examinemos algunos de los elementos de los
procesos sociales y psicológicos involucrados en este tipo de interpretación de
los sueños:
1) El niño recibe reconocimiento y estima
social al destapar y contar lo que podría denominarse una reacción psíquica
motivada por la ansiedad. Entre los Senoi, éste es el primer paso para lograr
convencer al niño de que la autoridad lo va a aceptar aun cuando revele cómo es
en su interior.
2) Se plantea el trabajo de su mente como
racional, aun mientras el niño duerme. Para los Senoi es tan razonable que un
chico adapte por sí mismo sus estados de tensión interna, como lo es para
nosotros que un chico occidental haga sus deberes para la maestra.
3) La interpretación caracteriza la fuerza que el niño siente en el sueño como
un poder que él puede controlar mediante el proceso de relajación y adecuación
mental, una fuerza que será la suya tan pronto como pueda domesticarla y
aprenda a dirigirla.
4) La educación Senoi señala que la
ansiedad no es importante por sí misma, sino porque ella bloquea el libre juego
del pensamiento imaginativo y de la actividad creadora, a los que, sin
ansiedad, el sueño puede dar origen.
5) Se establece el principio de que el
chico debe tomar decisiones y lograr soluciones tanto en su pensamiento
nocturno como diurno, y que debe asumir una actitud responsable hacia todas sus
reacciones y fuerzas psíquicas.
6) Se familiariza al chico con el hecho de
que él puede controlar mejor sus reacciones psíquicas si las expresa y piensa
en ellas que si las oculta o reprime.
7) Se inicia al niño Senoi en un modo de
pensar que se irá consolidando y desarrollando durante todo el resto de su vida
y que sostiene que un ser humano que manifiesta buena voluntad para con sus
compañeros y les comunica sus reacciones psíquicas para que las aprueben o
critiquen, es el guía supremo de todas las fuerzas individuales del mundo
espiritual (subjetivo) pase lo que pase. A veces el hombre descubre su ser más
profundo y revela su más grande poder creador cuando sus procesos psíquicos
están más liberados del compromiso
inmediato con el entorno y más bajo el control de su poder equilibrador- estabilizador
o poder homeostático. (…)
Entre los Senoi, el niño va adquiriendo
buena voluntad para con la gente debido a que se alienta por todos los medios
el ejercicio y la libre expresión de lo más básico en él mismo -ya sea directa
o indirectamente- a través de la aceptación del proceso del sueño. Al mismo
tiempo, al niño se le dice que debe rechazar la posibilidad de quedar fijado a
los habitantes del mundo onírico a menos que éstos realicen alguna contribución
que resulte socialmente significativa y constructiva, lo que es determinado por
el consenso social al despertar. Así se va guiando la reorganización del sueño
de un modo que torna socialmente constructiva su acción adulta agresiva. (…)
A este tipo simple de interpretación
podríamos denominarlo análisis de sueños. Al niño se le dice que hay un
contenido manifiesto del sueño: la raíz con que tropezó su pie, o el fuego que
lo quemó, o el individuo compuesto que lo disciplinó. Pero hay también un
contenido latente del sueño, una fuerza que es potencialmente útil pero que lo
fastidiará hasta que él domine al contenido manifiesto en un próximo sueño y
hasta que la persuada o la fuerce a hacer una contribución que, a juicio del
grupo, resulte útil o bella. A este tipo de interpretación podríamos
denominarlo sugestión. La tendencia a perpetuar en los sueños la imagen
negativa de un demonio personificado se neutraliza mediante una tendencia
similar a perpetuar la imagen positiva de una autoridad social simpática. (…)
A continuación damos algunos ejemplos que
ilustrarán cómo opera este proceso entre los Senoi: Un chico sueña que es
atacado por un amigo y, al despertar, su padre le aconseja que informe a su
amigo del hecho. El padre del amigo le dice a su hijo que es factible que él
haya ofendido al soñante involuntariamente, y que haya permitido de este modo
que un personaje maligno use su imagen como disfraz en el sueño. Por lo tanto,
debe darle un regalo al soñante y tomarse el trabajo de ser amistoso con él
para prevenir que no vuelva a ocurrir lo mismo en el futuro. La agresión
estructurada alrededor de la imagen del amigo en la mente del soñante llega a
ser de este modo la base de un intercambio amistoso. También se le dice al
soñante que luche en los próximos sueños y que venza a cualquier personaje
onírico que utilice la imagen de su amigo como disfraz. (…)
Si el niño cuenta que tuvo sueños de estar
flotando o de buscar comida, se le dice que en el próximo sueño él debe nadar
hasta llegar a algún lugar y encontrar algo de valor para el grupo, o que debe
compartir la comida que está comiendo en sueños. Y si el sueña que ataca a
algunos, debe disculparse ante ellos, hacerlos partícipes de alguna golosina o
fabricarles algún tipo de juguete. Así, antes que la agresión, el egoísmo y la
envidia alcancen a influir en la conducta social, la tensión expresada en el
estado onírico complaciente se transforma en el centro de la acción social,
descargándose esos sentimientos sin que resulten destructivos. Mis datos acerca
de la vida onírica de grupos Senoi de diversas edades indican que el sueño
puede llegar a ser, y sin duda es, el tipo más profundo de pensamiento
creativo. Al observar las vidas de los Senoi se me ocurrió que la civilización
moderna podría estar enferma porque la gente se despojó, o frustró él
desarrollo, de la mitad de su capacidad de pensar. Tal vez la mitad más
importante. (…)
Entre los Senoi se observa que los sueños
de ansiedad, de terror y los de simple placer, así como los sueños confusos de
hechos vagos e intrascendentes -tal como una repetición sin sentido de las
actividades del día-, desaparecen completamente antes de la pubertad. A partir
de la pubertad la vida onírica se va haciendo cada vez menos fantástica e
irracional. Y tiende cada vez más al pensamiento reflexivo, a la resolución de
problemas, a la exploración de cosas o personas desconocidas, al trato social
emocionalmente satisfactorio y a la adquisición de sabiduría impartida por un
maestro onírico o un espíritu guía. Por más torpe o insignificante que sea un
individuo, él siempre puede contar con que va a ser escuchado por los miembros
de su familia y por su grupo más amplio a través del relato de sus sueños. (…)
El hombre civilizado presta muy poca
atención mientras duerme al pensamiento que puede desenvolverse en sus sueños.
La sociedad occidental está harta de guerras, crímenes y conflictos económicos
desgastantes, psicosis, neurosis y enfermedades físicas de origen psíquico. Los
Senoi hicieron de sus sueños el foco principal de sus intereses sociales e
intelectuales, resolvieron los problemas de le violencia, de los conflictos
económicos destructivos, eliminaron completamente las psicosis, las neurosis y
las enfermedades psicosomáticas. Hicieron todo esto sin la ayuda de un lenguaje
escrito ni de un método científico tal como lo concebimos nosotros.
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